¿Cómo conseguir una pareja estable?

Conseguir una pareja estable es uno de los grandes objetivos del ser humano. Incluso de aquellas personas que dicen que tener pareja no es lo suyo. Todos necesitamos tener una pareja. A veces esa pareja es nuestra amiga del alma, otras veces es un familiar y otras, es la pareja que todas conocemos. Y cuando encontramos a esa persona que hace que nuestra vida sea mejor, con la que queremos estar prácticamente todos los días y que nos hace reír como nadie, viene la parte en la que hay que trabajar para que esa relación sea sana y estable.

Para conseguir una pareja estable hay seis habilidades importantes. La primera, es expresar tus necesidades. Independientemente de que sientas miedo, preocupación, ansiedad, lo que sea. Expresa qué quieres, qué pides, qué esperas. Una de las mayores mentiras en torno al amor romántico que nos han enseñado desde niñas es que si el otro me quiere de verdad de la buena, me leerá la mente. Sabrá lo que quiero que haga y diga sin tener que decir ni mu. Es imposible que yo sepa que no te gusta el color verde si nunca me lo has dicho. Es como pretender que el presidente del gobierno haga una conferencia y esté de pie sin decir nada porque todos «tenemos que saber» qué quiere decirnos del coronavirus. Absurdo.

La segunda, es pedir feedback o retroalimentación. Para saber que has expresado exactamente lo que querías, lo mejor es preguntar qué ha entendido el otro. A veces cometemos el error de pensar «ala, ya lo he soltado» y asumimos que el otro nos ha entendido. Y a lo mejor el otro está en plan «intuyo que me quiere decir algo pero no entiendo qué». Mejor salir de dudas y no dar pie a malosentendidos.

Lo que nos lleva a la tercera habilidad, reparar malosentendidos. Es muy normal que los haya en cualquier relación, por eso expresarlos y aclararlos (y pedir disculpas por el daño causado) es fundamental para que nada se enquiste. Sino, es muy habitual caer en el rencor y las espinitas clavadas. Y de ahí a una relación tóxica hay un paso.

La cuarta es escuchar con los cinco sentidos, es decir, escuchar con todo tu ser qué te está diciendo el otro. Es importante prestar atención plena a lo que nos dicen porque luego nosotros pedimos lo mismo, ¿no? Da aquello que quieres recibir.

La quinta habilidad es saber elegir el momento para decir las cosas. Parece de cajón, pero a veces se nos va la pinza y nos olvidamos que estamos juntos en el trabajo o con la familia o en mitad de la calle. Hay que cuidar el momento y la forma de expresarnos para, a su vez, cuidarnos a nosotras mismas y al otro.

Y la última es ver lo que hay y no lo que me gustaría que hubiera. Lo que os digo tantas veces de ser honesta. Por mucho que yo me cuente la película de que estoy con Chris Hemsworth (Thor), cuando abro los ojos veo lo que de verdad hay: un hombre normal y corriente, medio calvete, con barriguita y un cuerpo de lo más normal. Y esto no es sólo aplicable a la parte física, también a la emocional y la mental. Es importante entender que a veces nos ponemos unas gafas que nos hacen ver a los demás como nos gustarían que fueran en vez de verlos como en realidad son. Y esas gafas pueden hacernos esperar que un naranjo nos dé limones cuando tendría que volver a nacer para hacer algo semejante. Además, frustra y enfada mucho sentarnos a esperar limones y recibir naranjas.

Pueden parecer habilidades muy básicas, pero a veces se nos olvidan fácilmente. Sobre todo cuando estamos metidas en el día a día. Ahora es un buen momento para hacer revisión, ¿no crees?

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