Hoy es el Día de Muertos, como le llaman en México. El día en que se recuerda a los que ya no están. Es curioso la cantidad de expresiones que usamos para referirnos a los muertos: los que ya no están, los que se fueron (¿adónde?), los difuntos (que suena demasiado formal)… Todas esas formas de referirnos a ellos no es más que una manera de evitar hablar del tema de la muerte.
Los muertos son ancestros, personas que han formado parte de tu vida, los hayas conocido o no. Esto incluye a toda tu estirpe familiar y también a la familia que has elegido en tu vida, los amigos. Tener un día para recordarlos a mí me encanta. No recordarlos desde el dolor de que ya no están conmigo, sino desde los recuerdos de lo que significaron para mí.
Mi sobrina me preguntó una vez dónde estaba su perro, que había muerto hacía años, y yo le contesté lo que solemos decir muchos, sobre todo, a los peques: «está en el cielo». Gracias a Dios (lo sé, soy muy ingeniosa) ya nos hemos quitado casi por completo la tontería esa del infierno. Las personas y los animales van al cielo y punto. Ella me contestó que le echaba de menos y que le ponía triste no verle. Yo empecé a contarle historias que a mí me habían pasado con el perro y ella me contó las suyas. Al final, acabamos las dos riéndonos de las ocurrencias del perro y de que había tenido una buena vida.
La muerte es un tema tabú no sólo porque nos dé miedo, que también, sino porque no sabemos muy bien qué decir. Hasta hace muy poco tiempo, yo pensaba que decir eso de «te acompaño en el sentimiento» era una tontería. Claro, que yo era de las que pensaba que mi dolor era algo especial que el resto no entendía. No sabemos cómo comportarnos con alguien que ha perdido a alguien querido, tampoco sabemos qué decir. Y eso nos confunde y mucho.
¿Cómo te gustaría ser recordada/o? ¿Qué te gustaría que dijeran de ti? La muerte se teme porque nos han enseñado a temerla con eso del infierno y del sufrimiento perpetuo. Pero la muerte sólo es un paso más, sólo un paso más. Hablar de la muerte y de los muertos hace que estén más vivos que nunca. Que su recuerdo no se apague y que sus anécdotas sean atemporales.
Yo trato de recordar las cosas que me unían a esa persona muerta y, cada vez que celebro el día de los muertos, me es más fácil decir «muertos». Porque ellos sólo han vivido antes que yo y que no los vea no quiere decir que no están, no quiere decir que no se les pueda recordar bonito. Echar de menos es normal, el dolor es normal. Lo que mola es poder recordar a esa persona especial para ti con gente para la que también fue especial. Y contar historias, y reír, y vivir. Porque los muertos siempre regresan el 1 de noviembre para saludar y siempre habrá vivos para recibirlos.
¿Quieres hablar de tus muertos? Déjame un comentario y hablemos.