Si yo ahora te digo, «piensa en una persona con poder», ¿quién te viene a la cabeza? Preguntándole esto a mi círculo cercano, casi todes me han contestado con nombres de personas ricas que aparecen en la lista de los más famosos y ricos, gente tipo Bill Gates, Amancio Ortega o Donald Trump (casualmente, la mayoría también eran hombres. Ejem, ejem). ¿Cómo es posible que asociemos tantísimo el poder con el dinero en vez de con el poder personal, con el empoderamiento?
La palabra empoderamiento es una de las más importantes dentro del feminismo y hay muchas personas que la asocian inevitablemente con este movimiento. Sin embargo, el empoderamiento, en el sentido amplio de la palabra, no sólo significa aumentar la riqueza económica sino también tener la capacidad de decidir sobre el futuro de uno mismo y tener autonomía en todos los aspectos de nuestra vida. Este es el verdadero poder.
Si pensaras en qué características tienen los tres hombres que te he dicho arriba, probablemente te saldrían adjetivos como «seguro de sí mismo», «innovador» o «independiente». Y es eso lo que les hace poderosos, no es sólo un tema de dinero. Esas personas se sienten merecedoras de ser ricas, merecedoras de hacer lo que les da la gana, merecedoras de su poder. No son personas que dudan de su valor ni de su sitio en el mundo.
Cuando nos sentimos merecedoras de algo (amor, dinero, atención, belleza,etc.), ni se nos pasa por la cabeza no tenerlo. Pongo un ejemplo sencillo. Hoy has tenido un día duro y largo y de vuelta a casa, pasas por delante de un puesto de helados y piensas «hoy me merezco un capricho«. Y te compras el helado, ¿a qué sí? En ningún momento, te paras a pensar que no te mereces ese helado (aunque a lo mejor no te lo compres por la razón que sea). Te sientes merecedor de ese capricho. Y es lo que ocurre con todo: busco/consigo lo que creo que merezco.
Cuando nos creemos merecedores de amor, no nos conformamos con alguien sólo para no estar solas. Cuando nos creemos merecedoras de un buen trabajo, no nos vamos a pedir trabajo a un McDonald’s o un Carrefour en primer lugar. Sentirnos merecedores de algo, nos hace sentirnos valiosos, dignos de ello. Lo veo mucho en personas que no encuentran a su pareja perfecta. Cuando rascamos un poco, siempre hay un sentimiento de no ser suficientemente valioso, de no merecer ese amor que tanto desean.
El poder y el merecimiento son como Snoopy y Charlie Brown, siempre van juntos. Cuanto más merecedores nos sentimos de algo, tenemos más poder para decidir qué hacemos para conseguirlo. Dejar el poder en manos de la suerte o de los demás o de las circunstancias, es como dejar un helado de chocolate al sol y esperar que no se derrita. Empoderarse significa sentirse con el poder de crear la vida, la relación, la salud, el pensamiento, etc. que nos dé la gana. Cuando somos dueños de nuestro poder, somos la causa de nuestra felicidad. Así que piensa en qué no te sientes merecedora y trabaja esa creencia. Yo sé que eres una persona valiosa, merecedora de todo lo que quieras, más que suficiente. Ahora, lo tienes que saber tú.