La Soledad (y el aislamiento)

Este momento que estamos viviendo, en el que la soledad y el aislamiento son de las peores emociones a las que tenemos que hacer frente. Nos sentimos tan vulnerables, tan expuestos… Es curioso que la vulnerabilidad sea lo que más nos mueva estando en casa encerrados, ¿no? La soledad que muchas personas están viviendo porque viven solos o porque, aún viviendo con alguien, nos sentimos solos (aunque también hay gente que lo que echa de menos es un poco de soledad, pero eso ya es para otro día).

En general, la soledad (como todas nuestras emociones, por cierto) tiene varios efectos en nuestro cerebro y en nuestra vida diaria. Algunos de esos efectos son problemas para dormir, problemas de memoria y de razonamiento lógico y verbal. Vamos, que dormimos mal o no dormimos, no nos acordamos de qué hemos hecho y nos cuesta pensar de manera normal. La soledad también hace que nuestro sistema inmune no responda de forma correcta a los virus y que nos suba la tensión. Y, además, hace que tengamos menos neuronas en la corteza sensorial (que detecta e interpreta información sobre el tacto) y motora (la que controla los movimientos que hacemos con el cuerpo).

Sin embargo, hay que diferenciar entre la soledad y sentirse solo. Hay personas que no llevan bien estar en soledad, pero todo el mundo odia sentirse solo. Estar sola, en sí, cuando sabes estar contigo misma y te sabes tratar con amor, es algo placentero y necesario para volver a conectar con tu centro. Sentirse sola, es otra historia. Y eso es con lo que está conectando mucha gente ahora con el confinamiento. A pesar de la cantidad de cosas que podemos hacer durante la cuarentena, puede que nos sintamos solas, apartadas, sin nada que aportar, deprimidas y de bajón.

Probablemente, la peor soledad con la que nos tengamos que enfrentar ahora es la de que se muera alguien cercano por el coronavirus. No poder acercarte, no poder despedirte, no poder consolar o acompañar a esa persona que se va. Sin poder velarla o abrazarla o besarla por última vez. Este es un tipo de soledad muy dura que las personas que están perdiendo a alguien sienten ahora.

Sea como sea, la soledad es una de las grandes batallas emocionales con las que tenemos que convivir como humanas. En una sociedad que vive constantemente conectada por las maravillas del Internet, también se vive una desconexión muy grande. Sabemos movernos cada vez mejor en el mundo digital y cada vez peor en el analógico. Y todo esto, hace que nos sintamos más y más solos. Y, ahora, que ese contacto virtual es lo único que podemos tener (si es que vivimos solos), seguimos sintiéndonos solos.

¿Cómo afrontar la soledad? Pues lo más importante es aprender a vivir con una misma. Cuanto mejor estés contigo, más fácil será estar sola (hasta lo desearás a veces).  También, puedes aprovechar todo lo que ofrecen las redes para hacer planes y conocer gente en carne y hueso cuando acabe la cuarentena. Rodéate de amistades, y si no las tienes, búscalas en el trabajo, en un centro cultural, por internet, donde sea. Ahora vienen muy bien las videollamadas para seguir en contacto con las personas que quieres. Asegúrate de tener una vida propia, rica en emociones y experiencias, rica en personas que te aporten crecimiento personal. Asegúrate de alimentar tu alma y tu mente. Y confía, esto también pasará. Esta situación pronto acabará y habrás aprendido muchas cosas de ti. Y si crees que no puedes con todo esto que está pasando, no dudes en pedir ayuda.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio