Las fases en la terapia

Normalmente, a las fases que se dan en una terapia lo llamamos proceso terapéutico. Se llama así porque es un proceso, una secuencia de acciones progresivas que te ayudan a mejorarte como persona (o como pareja cuando venís dos). Estas fases del proceso pueden variar en tiempo y en función de cada uno: hay personas que cambian muy rápido y otros, que vamos más despacito. Pero lo importante es aprender de ti y crecer en el camino.

Fase 1: Escucharse y Sentir

En esta fase, lo importante es escucharse a una misma. En general, no estamos acostumbrados a escucharnos a nosotras mismas hablar tanto tiempo y teniendo la atención total de otra persona sobre lo que decimos. La función de la psicóloga en este sentido es hacerte prestar atención a lo que sientes con lo que te pasa. Vivimos en un mundo donde lo que pensamos suele eclipsar a lo que sentimos y no sabemos muy bien cómo estamos con lo que nos crea malestar. Es la fase donde creamos confianza con la psicóloga y donde suelen aparecer nuestros miedos de manera más intensa.

Fase 2: Identificar qué y cómo lo quiero

Identificar aquello a lo que quiero proyectarme, lo que quiero conseguir y cuáles serían los pasos para conseguirlo (desde saber qué siento hasta entender qué implica cada paso para mí, si estoy dispuesta a pagar el precio que eso conlleva, etc.). La identificación se hace basándonos en el cuerpo, las sensaciones emocionales y el entorno en el que tenemos que conseguir eso que queremos.

Fase 3: Ensayo – Error

Es una fase de ensayo – error. Llevas a tu vida aquello que has estado hablando en terapia a esa situación que te molesta o daña, y obtienes un resultado. Revalúas las consecuencias que ha tenido lo que has hecho o dicho y ves qué puedes mejorar. Tendrás momentos en los que querrás tirar la toalla o en los que sientas que no llegarás nunca a donde quieres, pero no desistas. Lo estás haciendo bien. Cuestionarse forma parte del proceso.

Fase 4: Aceptación y Límites

En esta parte, entenderás que hay cosas que querías cambiar y que es mejor que no lo hagas y que, por mucho que intentes, hay situaciones (y personas) que no van a cambiar porque tú quieras. Hay que ser realista: a terapia estás yendo tú, no los demás. Aprovecha para ver qué puedes hacer tú con lo que tienes. Acéptate con lo que te gusta y lo que no, mira qué puedes cambiar, añadir o quitar de tu vida. También en esta fase, pondrás muchos límites a ti y a los demás, porque sabrás qué quieres y qué no para ti.

Fase 5: Autonomía

Poco a poco, verás que tus ensayos – error son más productivos, que les sacas más provecho. Que estás más conectada con lo que sientes y con lo que decides de manera consciente. Te aceptarás cada vez más y te querrás cada vez más, te gustará estar contigo y te sentirás una persona valiosa. Habrá cosas que te seguirá costando, algunas a las que vas a tener que prestar mucha atención para no caer en el mismo sitio. Pero en este momento de tu proceso, te sentirás fuerte para encarar lo que se necesite y lo harás con humor.

Fase 6: Cierre

Llega un momento en el que te sientes capaz de hacerlo solo, de seguir prestando atención a lo que sientes, de seguir queriéndote y aceptándote, y lo querrás probar solo. Cuando sientes que es el momento de salir del nido de la terapia, es el momento de cerrar ese proceso terapéutico. A lo mejor, vienen otros en el futuro, a lo mejor, no. Pero este momento de rememorar tus logros y fracasos, dónde te enganchas y dónde te enganchabas y ya no, es un regalo que te haces de ti para ti. Porque llegar al cierre no es sencillo, pero sí muy gratificante y satisfactorio. Aquí, comienzas un nuevo camino.

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